708 millones de mujeres no pueden participar en el mercado laboral debido al trabajo de cuidados no remunerado.
Las responsabilidades de cuidado están excluyendo y frenando a millones de mujeres en todo el mundo de tener un empleo remunerado, y con los cambios climáticos y demográficos que aumentarán la demanda de cuidados, se necesitan urgentemente medidas para apoyar la economía del cuidado, según un nuevo informe de la OIT.
Se estima que 708 millones de mujeres en todo el mundo están fuera de la fuerza laboral debido a responsabilidades de cuidado no remuneradas, según nuevas estimaciones globales de la OIT, publicadas el martes, con motivo del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo.
En 2023, 748 millones de personas (de 15 años o más) no participaban en la fuerza laboral global debido a responsabilidades de cuidado, lo que representa un tercio de todas las personas en edad de trabajar fuera de la fuerza laboral. De estas, 708 millones eran mujeres y 40 millones eran hombres.
Las nuevas estimaciones, presentadas en el informe estadístico de la OIT “El impacto de las responsabilidades de cuidado en la participación de las mujeres en la fuerza laboral”, se derivan de datos de 125 países. Indican que las responsabilidades de cuidado presentan la principal barrera para que las mujeres ingresen y permanezcan en la fuerza laboral, mientras que los hombres tienen más probabilidades de citar otras razones personales para estar fuera de la fuerza laboral, como educación y problemas de salud.
Esta marcada disparidad de género resalta el papel desproporcionado que las mujeres asumen en la crianza de los hijos, el cuidado y apoyo a personas con discapacidad y aquellas que necesitan cuidados a largo plazo, las tareas domésticas y otras responsabilidades de cuidado.
A nivel mundial, alrededor de 1.600 millones de mujeres y 800 millones de hombres están fuera de la fuerza laboral, con el 45% de estas mujeres y el 5% de estos hombres citando responsabilidades de cuidado como la razón de su no participación. Entre las mujeres de 25 a 54 años, la proporción que cita el cuidado como razón para estar fuera de la fuerza laboral aumenta a dos tercios (379 millones de mujeres). Las mujeres con menor educación y aquellas en áreas rurales también enfrentan mayores barreras para la participación laboral debido a las responsabilidades de cuidado.
“Las mujeres asumen una parte desproporcionada de las responsabilidades de cuidado, lo que impide su participación en la fuerza laboral debido a factores como bajos niveles de educación, oportunidades laborales limitadas, infraestructura deficiente, residencia rural y sistemas de cuidado y apoyo inadecuados. Además, las expectativas sociales y las normas en torno al cuidado restringen aún más la inclusión de las mujeres en el mercado laboral y profundizan las desigualdades de género”, afirma Sukti Dasgupta, Directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad.
A nivel regional, el porcentaje más alto de mujeres fuera de la fuerza laboral que citan responsabilidades de cuidado como razón se encuentra en África del Norte (63% de las mujeres fuera de la fuerza laboral), seguido por los Estados Árabes (59%). En Asia y el Pacífico, la cifra es del 52% con poca variación en las subregiones. En las Américas, la variación es marcada, con un 47% citando el cuidado como la razón principal para estar fuera de la fuerza laboral en América Latina y el Caribe, en comparación con solo el 19% en América del Norte. En Europa y Asia Central, el 21% de las mujeres reportan el cuidado como la principal barrera, siendo Europa del Este la región con la tasa más baja a nivel mundial (11%).
“Estos nuevos datos de la OIT exponen importantes desigualdades en el mundo del trabajo debido a responsabilidades de cuidado desiguales y resaltan el poder de los datos para mejorar nuestra comprensión de la economía del cuidado. La OIT ha hecho del trabajo decente en la economía del cuidado una prioridad y está trabajando hacia nuevos estándares estadísticos para mejorar los datos sobre el trabajo de cuidados”, explicó Rafael Diez de Medina, Estadístico Jefe y Director del Departamento de Estadística.
A la luz de tales desigualdades sistémicas basadas en género, los miembros de la OIT adoptaron la histórica Resolución sobre el trabajo decente y la economía del cuidado en la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT en junio de 2024. La Resolución es el primer acuerdo tripartito global sobre el tema, allanando el camino para que los países aborden los desafíos y aprovechen las oportunidades que presenta la economía del cuidado. Establece que “una economía del cuidado que funcione bien no solo apoya a individuos y familias, sino que también contribuye a una fuerza laboral más saludable, crea empleos y mejora la productividad”. La Resolución también destaca las “barreras estructurales” que el trabajo de cuidado no remunerado crea para la participación, retención y progreso de las mujeres en la fuerza laboral.
“La forma en que el cuidado está actualmente organizado tiende a reforzar las desigualdades de género y sociales que estamos luchando por superar. La Resolución de la OIT sobre el Trabajo Decente y la Economía del Cuidado pide políticas y sistemas que contrarresten las desigualdades en términos de quién recibe y proporciona cuidados, aborda las barreras que impiden que muchas mujeres ingresen, permanezcan y progresen en el trabajo remunerado, y mejora las condiciones de todos los trabajadores del cuidado y, por extensión, la calidad del cuidado”, explicó el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
La estimación previa más reciente, de 2018, encontró que 606 millones de mujeres y 41 millones de hombres (un total de 647 millones de personas en todo el mundo) no participaban en la fuerza laboral debido a responsabilidades de cuidado. Aunque las nuevas estimaciones no son comparables debido a cambios en la metodología, confirman que las responsabilidades de cuidado continúan siendo la razón principal por la que las mujeres no buscan o no están disponibles para el empleo.
Los datos de la OIT muestran que desde 2018 muchos países han progresado en promover la participación de mujeres cuidadoras aumentando las inversiones en cuidado y educación de la primera infancia. Sin embargo, en un mundo que está siendo remodelado por cambios demográficos, con poblaciones que envejecen, y el cambio climático, que intensifica el trabajo de cuidado no remunerado, es probable que la demanda de servicios de cuidado aumente. La reciente Resolución de la OIT subraya la importancia de una inversión adecuada en políticas de cuidado. Será esencial si queremos abordar la creciente desigualdad y avanzar hacia una mayor justicia social.