Economía circular con justicia social: llamado de la OIT desde São Paulo

São Paulo (OIT Noticias) — El Foro Mundial de Economía Circular (WCEF) reúne desde 2017 a líderes empresariales, responsables de políticas públicas y expertos internacionales para presentar las principales soluciones que están transformando los modelos de desarrollo hacia la circularidad.

Durante la IX edición del WCEF y sus sesiones paralelas, celebradas en Sao Paulo, Brasil, del 12 al 16 de mayo de 2025, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hizo un llamado a garantizar que la transición hacia economías circulares no deje a nadie atrás y destacó la importancia de integrar el trabajo decente y la justicia social en las políticas hacia la economía circular que puedan atender las necesidades apremiantes de la triple crisis planetaria, que en la actualidad pone en riesgo los sistemas que sostienen la vida en la tierra y exige transformaciones urgentes en nuestros modelos de producción, consumo y desarrollo.

Blanca Patiño, especialista en empleos verdes y transición justa de la OIT para América Latina y el Caribe, destacando que la transición hacia una economía circular puede ser una poderosa vía para generar empleo, reducir el impacto ambiental y aumentar la eficiencia de los recursos. Sin embargo, advirtió que este proceso también conlleva riesgos si no se planifica incorporando un enfoque social.

“Las personas están en el corazón de la economía circular, pero sus empleos, condiciones laborales y derechos siguen siendo ampliamente desconocidos o desatendidos. Si no integramos la justicia social, dejaremos atrás a quienes más necesitan una transición justa”, afirmó Patiño en el marco de la sesión liderada por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI),  “Impulsores económicos de la circularidad: materiales secundarios y más allá”.

Igualmente, se presentaron los avances de estudios coordinados por la Alianza para la Acción sobre la Economía Verde (PAGE), conformada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la OIT, la ONUDI y el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR).

La OIT estima que, si se aplican las políticas adecuadas, la economía circular podría generar entre 6 y 7 millones de empleos netos a nivel global al 2030. En escenarios más ambiciosos, esta cifra podría alcanzar los 78 millones. No obstante, también advierte que cerca del 80 % de los empleos actuales en actividades como el reciclaje —uno de los sectores más representativos de la economía circular— son informales, lo cual expone a millones de personas a bajos ingresos, riesgos para su salud y exclusión social.

Considerando la importancia de contar con métodos más armonizados para estimar los niveles actuales de empleo en la economía circular, Patiño destacó los avances de la Iniciativa sobre Empleos en la Economía Circular, una colaboración entre Economía Circular, la OIT y el programa Soluciones para el empleo Juvenil (S4YE por sus siglas en inglés) del Banco Mundial. Esta iniciativa busca generar evidencia y desarrollar herramientas que permitan aprovechar el potencial de la economía circular para fomentar la innovación, promover empresas sostenibles y garantizar trabajo decente para todos, en estrecha coordinación y con el apoyo del programa PAGE.

Entendiendo el importante efecto que la economía circular tiene para las políticas de cambio climático, la OIT refuerza la necesidad de incluir la dimensión laboral y social en las políticas climáticas nacionales, especialmente en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), que son los compromisos que los países presentan ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. “La próxima ronda de NDC es una oportunidad para que los países alineen sus objetivos ambientales con el desarrollo económico y el trabajo decente”, afirmó Patiño.

Los eventos relacionados con la transición justa en el Foro Mundial de Economía Circular 2025 muestran una clara conexión entre los principios de circularidad y la necesidad de garantizar que los cambios estructurales en los sistemas económicos y productivos sean inclusivos y equitativos. Desde la gestión responsable de minerales críticos y la protección de los derechos de comunidades afectadas por la minería, hasta el fortalecimiento de capacidades laborales, la inclusión de trabajadores informales y la transformación del comercio global, cada sesión destaca dimensiones clave para una transición justa. En conjunto, estos espacios promueven políticas y alianzas que aseguren que los beneficios de la economía circular —como la innovación, la sostenibilidad y la generación de empleo— lleguen a todos los sectores de la sociedad, especialmente a aquellos históricamente marginados o vulnerables frente a los procesos de cambio.

La participación de la OIT reafirma su compromiso con una transición que no solo transforme los sistemas de producción y consumo, sino que también construya un futuro más justo y sostenible para las empresas y en particular para todas las personas trabajadoras.