La OIT destaca el rol de las cooperativas y la economía social y solidaria para transformar el trabajo de cuidados y cerrar brechas de género

LIMA (OIT Noticias) – Las cooperativas y otras entidades de la economía social y solidaria (ESS) pueden jugar un papel decisivo para transformar el trabajo de cuidados en América Latina y el Caribe, cerrar brechas de género y promover condiciones laborales dignas, señala una nueva nota técnica publicada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el 29 de octubre, en ocasión del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo. 

La publicación —Cuidando desde el territorio: Experiencias de cooperativas y entidades de la ESS en América Latina— recoge experiencias y aprendizajes de Bolivia, Colombia y Honduras en la implementación de la metodología Care.Coop de la OIT, que busca fortalecer servicios comunitarios de cuidado desde un enfoque participativo, con perspectiva de género y en línea con los principios y valores de la ESS. 

La crisis de los cuidados tiene rostro de mujer 

En América Latina y el Caribe, las mujeres dedican casi tres veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Esta desigualdad tiene efectos directos sobre su salud, su participación laboral y sus ingresos, y limita el acceso de muchas mujeres a empleos formales y protección social. 

La creciente demanda de cuidados —agravada por el envejecimiento poblacional, la escasa oferta de servicios públicos y las brechas territoriales— ha hecho que muchas comunidades desarrollen sus propias respuestas locales. Sin embargo, la mayoría de las personas que realizan este trabajo —principalmente mujeres en situación de vulnerabilidad— lo hacen en condiciones precarias, sin contratos formales ni seguridad social. 

Las cooperativas: una respuesta innovadora 

El estudio muestra cómo las cooperativas y otras entidades de la ESS pueden ofrecer soluciones sostenibles y transformadoras para el sector del cuidado. 
A diferencia de otros modelos, las cooperativas: 

  • Promueven toma de decisiones democráticas y participación de las comunidades;
  • Ofrecen servicios de calidad y más asequibles al priorizar el bienestar sobre el lucro;
  • Fomentan la creación de empleos decentes, salarios dignos y acceso a protección social;
  • Fortalecen la autonomía económica de las mujeres y la corresponsabilidad en el cuidado. 

Las cooperativas no solo cuidan personas: también cuidan derechos. Son una herramienta concreta para reducir desigualdades estructurales y avanzar hacia la justicia social 
Paz Arancibia, Especialista Sénior de Género y No Discriminación de la OIT
para América Latina y el Caribe

El modelo Care.Coop: del territorio a las políticas públicas 

La OIT ha desarrollado la metodología Care.Coop, que actúa en tres niveles: 

  • Micro: fortaleciendo cooperativas y organizaciones de base comunitaria.
  • Meso: articulando alianzas institucionales que faciliten un ecosistema de cuidados.
  • Macro: integrando la ESS y las cooperativas en políticas públicas y sistemas nacionales de cuidado. 

Para apoyar este proceso, la OIT creó dos herramientas metodológicas

  • Think.CareCoop, que permite a organizaciones comunitarias evaluar sus capacidades, servicios y necesidades para fortalecerse.
  • Start.CareCoop, que acompaña la planificación y formalización de cooperativas de cuidado con pasos claros hacia la sostenibilidad. 

Estas herramientas se implementan con acompañamiento técnico de la OIT y se orientan a garantizar soluciones participativas, con enfoque de género y trabajo decente y en línea con los principios y valores de la ESS. 

Experiencias en Bolivia, Colombia y Honduras 

La nota técnica analiza experiencias piloto en tres países que ilustran cómo la ESS puede contribuir a responder a la crisis de los cuidados desde el territorio: 

  • Bolivia: En El Alto, se creó un mapa interactivo de servicios de cuidado para facilitar el acceso de las familias y se fortalecieron iniciativas comunitarias con enfoque indígena. El modelo puso a las mujeres en el centro, reconociendo su rol clave en el tejido comunitario.
  • Colombia: En Chocó y Cesar, se fortalecieron organizaciones comunitarias como ASOREDIPAR y JOSA, dando lugar a la primera Casa de Partería en Quibdó y la Casa del Cuidado Ancestral Arhuaco. El proceso combinó asistencia técnica, formación y alianzas institucionales.
  • Honduras: En Danlí y Comayagua se desarrolló un modelo municipal de cuidados y se conformó la primera cooperativa de trabajadoras del hogar y del cuidado remuneradas. La iniciativa incluyó capacitación y promoción de la certificación laboral. 

Cuidar también es trabajo 

La OIT destaca que garantizar el trabajo decente en la economía del cuidado es esencial para avanzar hacia sociedades más igualitarias y sostenibles. 
La Conferencia Internacional del Trabajo de 2024 reconoció por primera vez el trabajo de cuidado remunerado y no remunerado como parte integral de la economía del cuidado, y llamó a los Estados a desarrollar políticas integrales, con corresponsabilidad entre Estado, mercado, familias y comunidades. 

“Integrar a las cooperativas y entidades de la economía social y solidaria en los sistemas nacionales de cuidado no es solo una opción innovadora: es una necesidad para garantizar en los territorios servicios de calidad y empleos dignos”, agregó Paz Arancibia.